lunes, 5 de julio de 2010

INTRODUCCIÓN

LA VIDA ENTRE LOS METALES
Los metales son una familia de sustancias químicas que comparten propiedades similares. Presentan brillo metálico característico, son buenos conductores del calor y de la electricidad. A temperatura ordinaria se presentan en estado sólido, a excepción del mercurio, que es el único metal líquido. Son maleables, es decir se pueden golpear para formar láminas delgadas; y dúctiles, se pueden estirar para formar alambres. Tienen un punto de fusión, temperatura a la que se funden, muy elevado. Al reaccionar con el oxigeno, producen óxidos.
En nuestras células se requiere se requiere de oxigeno para diversos procesos vitales. El hierro (Fe) se encarga de atraparlo en forma de oxido, y transportarlo a donde sea necesario. Por cierto la anemia es precisamente la disminución de hierro en el organismo.

El hierro reacciona con el oxigeno a temperatura ordinaria, para formar óxidos. Por ello tenemos que cubrir a este metal con una capa antioxidante, si queremos preservarle. El produce dos óxidos: el ferroso, FeO; y el férrico, Fe2O3. Tales óxidos los observamos como el orín, o herrumbre que cubre a las piezas de hierro en nuestras casas. Aunque nos fastidie la formación de óxidos en nuestras casas, es una bendición que el mismo este presente en nuestro torrente sanguíneo.

Las oxidaciones pueden ser lentas o rápidas, pero en todas ellas se libera energía. Sin embargo y por lo general, el término oxidación se aplica a procesos cuyas manifestaciones son lentas y en donde la energía que se produce no se percibe, porque se disipa en el ambiente. Por ejemplo: la respiración, la corrosión de los metales, la putrefacción de la madera, el envejecimiento del cuerpo, etc.

1 comentario: